Mirando el cielo, cada espacio por el que mis pasos andan. Hoy, en este día tan igual pero distinto a los demás, te volví a encontrar. Regresando cada instante a mis pensamientos, robándome sonrisas melancólicas, recordándome esperanzas y devolviéndome la fe de sentimientos que no entiendo. Sentimientos que me hacen pedirle a un Dios en el que me niego, aveces, en creer, que te cuide por mí y que seas feliz. Sentimientos que me hacen buscarte y saber de ti mirando una simple margarita y coloridas libélulas que atrevidas rondan mi cielo de vez en cuando. Sentimientos que permiten a mi corazón, alma y sentidos, sentirte aunque no te pueda ver. Sentimientos que ahogan mi espíritu cuando la realidad y recuerdos tristes me dicen que puedes caminar sin mí, pero que aún así perdonan tus pasos que te alejan más de mí, por qué incluso yo misma los doy. Sentimientos que le piden a mi ángel de la guarda me dejé continuar sin su protección, y se marche a resguardar tus sueños, limpie tus lágrimas con bellos recuerdos atrayendo así tu bella sonrisa, y alivie tu corazón evitando que el amor lo abandone a pesar del desamor. Sentimientos que le piden a las mariposas que te lleven mi recuerdo, a las estrellas y la luna no olviden tu cielo, al viento te lleve mi: te amo, te quiero, te extraño, se feliz. Sentimientos que te encuentran en mi dignidad, mi extraño egocentrismo, mi orgullo; mi blanca e incomprendida soledad; en el simple y superficial silencio de mi voz; en cada luz del día y oscuridad de la noche; en cada loca estación de este continente; en el más hondo de mi infierno, mi trastocado purgatorio y el más bello paraíso; y sobre todo, en las horas con sus minutos, mis tristezas y momentos de completa felicidad. Simplemente sentimientos que me dicen ser la otra mitad de un alma que no me ve pero sabe que existo.
Sencillamente, así son mis sentimientos por ti...