viernes, 12 de abril de 2013

Mi adiós...


 
No pensé que se alejaría más de mí, o tal vez lo sabía, pero no imaginé sería tan pronto. Antes tenía la certeza de dónde la encontraría siempre, ahora no tengo la más remota idea.
 
Mi corazón se aventura a susurrarme la posibilidad hacía dónde sus alas vuelan. Sin embargo, decidí hace mucho, asordar mis oídos a su voz. Y él sabe principalmente el por qué.

El único consuelo que tengo es el saber que de una forma me despedí, aunque no sepa si le llegaron mis palabras.
 
 
¡Se fue! ¡Se marchó, y no la pude retener! ¡Qué estúpido! Ha estado tan lejos antes que es ridículo mantener cerca lo que no tienes y nunca has tenido.
 
 
Podrán decir que si en el corazón ha estado siempre no hay distancias que lo separen de él. Para ser sinceros, a veces me he dado cuenta que son solo palabras.
 
 
De todas maneras ya no puedo hacer nada. Podría buscarla, más mi razón me dice que es lo mejor que pudo haber hecho, aunque me cueste aceptarlo estoy de acuerdo con ella.

A veces sirve alejarse de todo, crearse un mundo nuevo fuera del que tiene marcadas las huellas de lo maravilloso y doloroso en cada rincón. Ayuda, yo lo sé. El estar sola contigo misma, escuchando el murmullo del silencio, arrojando y reconstruyendo momentos pasados con nuevos. Estar en paz internamente.
 
 
Sé que se marchó; sé que algún día regresará a su mundo familiar; sé que debo dejarla ir con la esperanza de encontrar lo que tanto anhela; sé que todo terminó para mí hace mucho tiempo. Lo sé.
 
 
A donde sea que vaya, a donde sea que esté solo queda desearle lo mejor, que en este nuevo rumbo a tomar le dé satisfacciones más que arrepentimientos. Y que sea feliz así nunca lo sea a mi lado.   

¡Adiós princesa! ¡Adiós mi bella durmiente! Y recuerda tus palabras siempre: "Deja que el mundo cambie tu escenario, más nunca tu esencia" 
México, 11 de abril del 2013







 
 
 

viernes, 5 de abril de 2013

Abril...



Es tarde. Las ropas me son insuficientes. El frío atraviesa sin piedad las vestimentas para congelarme más el cuerpo que ya de por si se caracteriza por lo gélido. Enciendo otro cigarro para entretenerme. Con los ojos fijos en la anaranjada llama del encendedor me pregunto: ¿qué tanto puede durar un hechizo? La cavilación le quita una sonrisa a mis labios. Dejo que el humo del cigarro entre aprisa para que cumpla con su inevitable trabajo.

El cielo es tan bello de noche. Los diez años de una estrella ya me permiten verla, la luna aún está creciendo y el viento me dicta a gritos que no se irá pasada la semana.
La mezcla del frío con el humo expulsado por mi boca invita a jugar con las formas que suelo encontrar en ellos; hasta que siento unos pasos sin prisa acercándose sigilosamente, sé que no espera sorprenderme pero sí abstenerse a no interrumpir mis tontos juegos. El conocido cuerpo se coloca a mi lado aún en silencio. Con un lento parpadeo dibujo la última imagen en el consiente humo y le pregunto por sus travesuras. Sonriendo escucho su cansado aliento evadir la interrogante irracional para una persona cuya palabra no forma parte de su vocabulario. Qué puedo decir, me encanta escucharle "Yo no hago travesuras"
 
 

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Algo escrito hace muchísimo tiempo. No recuerdo el día y menos tengo la fecha registrada aquí porque algunas veces abría los textos guardados y sencillamente se cambiaba, principalmente por los cambios que se me ocurría hacerles. 
Me encantaría continuarla, ya que se supone sería más larga- no niego haber borrado algunas palabras al último párrafo-, aún así la he leído muchas veces y me parece que hasta donde está es perfecta, por lo menos para mí. 
 
En fin, también hace unos meses que no actualizaba, y no tenía pensado hacerlo en todo este año, a pesar de las tantas ideas cruzando mi mente. No obstante, heme aquí llenando el espacio "vacío" con unas viejas palabras.     
 
Me despido...Qué tengan buenas noches, buenos días y tal vez buenas tardes, a todo y todos del vasto mundo y tantos otros. Saludos a todos.