martes, 22 de junio de 2010



De vía en vía, subiendo y bajando escaleras, esquivando gente que se apresura a tomar el mismo o diferente vagón. Siguiendo las señalizaciones para no equivocarme de dirección. Y tratando de estar pendiente a que no se me pasen las casillas donde debo bajar. En definitiva, viajar en metro no solo es una vía rápida, sino un completo enredo para los que recién se adaptan a este tipo de transporte.
Nunca me imaginé tener que enseñarme a viajar en metro. Algo necesario, al fin y al cabo, más si tienes que vivir en una ciudad en la que su vía de transporte más "segura" es ésta.
Enfrentarse a ésta y luego poder atenerte al tráfico urbano fuera de la estación, ya es un logro, para mí lo es. Ya llevo dos semanas en un nuevo país, cuya movilidad me trastocó un poco, pero gracias una amiga pude aprenderlo a usar sin mucho problema, aunque me haya equivocado de direcciones varias veces. Pero de los errores se aprende, o no?.

jueves, 17 de junio de 2010

En un nuevo país y con conocimientos suficientes para movilizarme más de una esquina. Cubriendo miradas nuevas, pero buscando entre ellas solo una. Un rostro que no logro encontrar por más vueltas que le dé a la ciudad. Qué no daría porque la primera estrella, en este cielo, hiciera realidad el más humilde de los deseos. Qué no daría por volver a ver aquellos ojos que sin querer me regalaron mil ilusiones, y esa sonrisa tan única que aunaba mis alegrías.
Por ahora solo me queda acostumbrarme a estar aquí, sin ella y con ella a la vez, acompañándome en cada estación, apoyándome en cada paso que doy, recordándome que el amor existe y duele, aunque lo hace de una forma que embriaga dulcemente sin lastimar.