jueves, 16 de septiembre de 2010

Adesso






De madrugada, y viendo pasar una fiesta en la soledad del apartamento. El ruido de la música afuera la ahogo con la propia. Los fuegos artificiales llenando la noche de vez en cuando me hacen pensar en el término de un año que ni siquiera ha llegado.

Una carta en mi bandeja que ya hace horas pertenece al pasado, con palabras que el tiempo hará que el destinatario olvide. A pesar de saber que sus ojos aún no la han leído.

Empezó a llover, suave y sin pausa pero incapaz de ocultar ni interrumpir la algarabía que circunda a la noche.

Ya es tarde. Tengo que dormir, y el sueño no quiere romper mi parada aquí. Hace mucho que quería dejar algo por aquí; sin embargo, tenía tantas cosas en la cabeza que por más ordenadas que pudieran estar, no querían detenerse en ninguna ventana. Preferían seguir clavadas en mi mente creando nuevas para ayudarme a olvidar los miedos, hacer lo correcto y grabar todo lo bueno que he logrado aquí para no llorar por todo lo perdido.

Falta poco para que la luz del día me regale su resplandor. Me siento tentada a ver el amanecer, pero sé que si no duermo ahora nadie me podrá levantar después.

Llegó la hora de descansar.

3 comentarios:

Lía. dijo...

Sentido y emotivo escrito, de esos que se forjan con las compañías que mencionas, que se permiten dejar escapar casi de improviso y sin motivo aparente.-
Me ha encantado poder leerte, saber que en tu mente aun circulan ideas, pensamientos, deseos, nostalgias y desvelos.- Te cuento que sin tu saberlo no estuviste sola en ese desvelo que sin yo quererlo te acompañó desde la distancia.-

Que tu nuevo día sea maravilloso y con menos información ya en tu cabeza.-

Besos!

Isabel Gil Jiménez dijo...

sin duda te debío venir bien para descansar haber expresado de esa forma tan bella lo que había en tu pecho.
No llores por lo perdido, rié por lo que estás por encontrar.
Un saludo.

Alphard dijo...

Lía, gracias por haber estado. Es bueno saber que en mis desvelos, a pesar de la distancia, alguien me acompaña. Mi cabeza nunca deja de tener información, bueno o malo, es algo que no puedo evitar. Y me gusta eso en mí.

Isabel, Casi no lloro por lo que he perdido, más a veces no puedo evitarlo. Pero no te preocupes que sí rio por lo que tengo, he tenido, y estoy por tener.

No soy de las que se rinde fácilmente, por lo menos eso es algo muy claro en mí y para mí.
Gracias a las dos por tomarse el tiempo de pasar, de vez en cuando, por aquí.