Está tan distante que no comprendo lo que pasa. Quiero que olvide por una vez el silencio que domina sus labios y me expliqué. Cada vez que intento sutilmente sonsacarle algo es inútil, como si quisiera ocultármelo a toda costa. El no saber qué es aquello que nos distancia cada día más está por volverme loca.
La paciencia que me pidió tener en mi primer intento directo de entender está por faltarme.
Sabe que la necesito, necesito de sus palabras, de su risa que ahora sin explicación se ha extinguido para mí, de su cuerpo caliente en las frías noches de este invierno.
Sí que sabe cómo castigarme; más lo cruel es tener una sentencia sin motivo, sin saber cuál ha sido mi delito a tal condena.
Si lo que quiere de mí es miedo, lo está consiguiendo. No puedo negar el temor al perderla y ni siquiera saber la razón. Hasta prefiero romper nuestros lazos con mi ofuscación antes de seguir así. Sin nada.
Y hoy pienso terminar con todo esto. Derrumbaré las murallas de su orgullo y el mío, y haré que nuestro dolor y dudas hecha lágrimas desaparezcan.
1 comentario:
Nada crece en las sombras...lo mejor es tal cual dices,derrumbar las murallas y ver del otro lado.
Un abrazo!!!
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