viernes, 21 de marzo de 2008


¿Dónde?

¿Dónde ángel terrenal?, ¿Dónde estás?,
Nómbrame al viento una vez más,
Déjame acariciar el cielo,
Sin temores volver a volar.
En tus brazos seguir profesando,
Que ser etéreo, es sólo un titulo más,
¿Dónde ángel terrenal?, ¿Dónde estás?
Si junto a ti,
no pierdo divinidad,
mis alas se despliegan mucho más,
tengo sentidos de tu palpitar.
Dime, dime ángel, ¿dónde estás?
Hazme saber que aún a mi lado deseas soñar.
Que puedo mirarme en tus ojos,
sin miedo a que encontrar,
y que el amor no se me es negado,
tan sólo por ser celestial.

Quédate

Entre las sombras se oculta el odioso vacío
De mitades soladas que niegan al destino.
Rosas del desierto que celan mil almas
Y viven sollozas en su propia aflicción.

Más quédate tú y exíliame de los sufridos,
No dejes que el olvido condene mi alma.
Vuelve real los sueños prohibidos,
y despierta la ilusión que parece perdida.

Historias guardadas de almas robadas,
Con corazones partidos minados de esperanza.
Ángeles terrenales que vuelven negras sus alas
Por el odio adquirido en la tormentosa necedad.

Más quédate tú para izar las alas
Al vuelo eterno del amor verdadero.
Silenciemos el llanto de los recuerdos
Y empecemos de nuevo con tus ojos en los míos.
Te extraño
La soledad ha decidido consolarme desde que te fuiste,
No puedo cerrarle las puertas si se compadece viendo la fragilidad.
Busqué en cada rincón a los recuerdos para que opaquen al silencio,
Y ahora los sollozos acompañan a la melancolía.

Te extraño, ¿mi amor, dónde estás?, te extraño, ya no puedo más.
Te extraño, amor regresa ya y altera el final.

Retorna el vuelo y enséñame nuevamente el azul del cielo,
Dime que enamorarse sin tiempo no fue el mayor error.
Ven, que sigo aquí, entre las sombras, intentando aceptar la verdad.

Te extraño, vida mía, te extraño, no te podré olvidar.
Te extraño, sigo viva y no me resigno a estar sin ti.

El insomnio se ha ocupado de ahogar los sueños,
En los que exijo anhelante tu cuerpo junto al mío.
La luna cercada por los pedidos cubre el rostro cansado
Y los rayos del sol queman los ojos del sufrido corazón.

Te extraño, ¿cómo llego a ti?, te extraño ¿porqué no estás?
Te extraño, regresa a mí que ya no sé coexistir.

El creado universo muere en mil perdones,
Pero sigo estando, sin sentido, condenando las alas al olvido.
No hay nada capaz de apagar este amor en mí.
Porque estimulaste algo eterno que no logré ni pretendí impedir,
Y ahora solo me quedan las fotografías de la pasada alegría.

Te extraño, te extraño, te extraño amor mío.
Te extraño, vuelve por mí, que ya he aprendido del castigo.
Mira como el alma expulsa su dolor en mi garganta,
Ven que los recuerdos ya no bastan, solo acaecidos matan,
Ven que las fuerzas han desvalido y este corazón ya no es mío,
Ven amor mío, ven mi ángel dormido, ven que ya no vivo.

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