domingo, 28 de junio de 2009
Lloré sin guardarme las gratitudes y regalárselas al escaso viento para que las lleve a quién debe. Me dieron ganas de que al voltear la esquina mis pasos encuentren las manos que sin negarme apoyo me atreví a dejarlas extendidas. Sentir sus abrazos, la atracción de sus ojos, ver su sonrisa y escuchar sus “¡te quiero mucho berrinchitos!”. Ahora adoro tanto el apelativo que me gané y quejaba el tenerlo. Quisiera darle los "te quiero" que ahora niego sentir, posar un suave beso en su frente en señal de respeto, unir nuestras manos para no soltarlas jamás, sentir el calor de su cuerpo en un abrazo y así no volver a pasar el frío invernal en el calor de una solitaria cama. Y lo más importante, vaciar las palabras de mi dura cabeza, que dejen de ser ideales mentales y pueda decirle sin trabas: TE AMO. Simplemente hoy quisiera volver a saber que soy tuya y que siempre formaré parte de tus eternos pensamientos.
jueves, 25 de junio de 2009
Ayer no solo fue un día más. Ayer reviví la noticia del adiós. Tiempo imaginando la reacción que tendría, consolándome en que serían solo ideas, las que no debían tener pie en mi cabeza pero que sin evitarlo se colaban. Dos de las amistades más cercanas me ayudaban a pasar el dolor. Las buscaba aprisa, las reunía para calmar el dolor. Sin embargo cuando el momento tuvo arribo, no dolió, no hubo desesperación por compartirlo más que un vacío sentimiento... ¿Qué pasó? Creo que me acostumbré, o por lo menos las ideas eran tales que me permitieron amainar lo que vendría. ¿Qué tan dura puede ser la soledad? ¿Qué tan difícil es entender que ya no se tiene corazón? ¿Acaso el resto tiene que cubrir el hueco? Ahora mismo ya no sé si tengo clara las respuestas. Simplemente como aquel día, no sé qué hay dentro de mí.
....Feliz aniversario Padre....
Dónde sea que estés: lo siento.