Ayer no solo fue un día más. Ayer reviví la noticia del adiós. Tiempo imaginando la reacción que tendría, consolándome en que serían solo ideas, las que no debían tener pie en mi cabeza pero que sin evitarlo se colaban. Dos de las amistades más cercanas me ayudaban a pasar el dolor. Las buscaba aprisa, las reunía para calmar el dolor. Sin embargo cuando el momento tuvo arribo, no dolió, no hubo desesperación por compartirlo más que un vacío sentimiento... ¿Qué pasó? Creo que me acostumbré, o por lo menos las ideas eran tales que me permitieron amainar lo que vendría. ¿Qué tan dura puede ser la soledad? ¿Qué tan difícil es entender que ya no se tiene corazón? ¿Acaso el resto tiene que cubrir el hueco? Ahora mismo ya no sé si tengo clara las respuestas. Simplemente como aquel día, no sé qué hay dentro de mí.
....Feliz aniversario Padre....
Dónde sea que estés: lo siento.
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