sábado, 19 de septiembre de 2009

Unbreakable


Al ver las luces del avión perderse en la espesura de las nubes, bajo la mirada para ver la hora, y me doy cuenta que es muy tarde para seguir fuera de casa; aun así no tengo ganas de regresar. El vacío de la habitación no me va a ayudar.

Aún no encuentro las razones para que decidiera marcharse, y a pesar de decírmelas no termino por entenderlas.

El sonido del celular en el bolsillo de mi chaqueta interrumpe mis pensamientos; es mi hermana, me pregunta preocupada por la salida del vuelo, despreocupándola le hago saber que todo está bien y que ya ha partido.

Después de apagar el celular miro por última vez la pista de despegue y salgo en busca de un taxi. Mientras, opto por pedirle al taxista que me lleve al antiguo faro de la playa Santa María.

De camino al faro saco nuevamente el celular pero esta vez para enviar un último mensaje. Sé que no debo hacerlo pero estoy segura de que me entenderá. Por otro lado, no tengo lo suficiente para efectuar una llamada.

Subiendo a paso lento hasta la lámpara; recuerdo las veces que sus pasos se unieron a los míos en cada peldaño, para llegar a la cima de nuestro mundo. No puedo evitar sonreír en todo el camino hasta que llego a la cima.

Sobre mi cabeza la gran lámpara no deja de girar. El chirrido que hace al girar el hierro oxidado avisa de su antigüedad. Dejo que el hierro se apodere del tacto de mis manos por unos minutos antes de tomar mi lugar en el zócalo del gran ventanal que posee el faro. Sentada vuelvo a mirar el cielo en busca de las luces perdidas. Nada. Lo único que encuentro son las luces amarillas de un barco que está anclando en el muelle.

De pronto miles de recuerdos se agolparon en mi cabeza; entre ellos la primera vez que le confesé que la amaba. Su rostro, de pronto, se llenó de preocupación y no evitó que dejara de saber de ello en su voz. No cesaba en decirme que estaba confundida, que tenía que aclarar bien las cosas, que no era verdad e incluso que ni siquiera sabía lo que era el amor. Me llenó de tantas negaciones que comprendí lo difícil que le era e iba ser aceptarlo.

Con todo tuve claro que me había apresurado en decírselo y, pensar, que tal vez tenía razón; pero pronto me di cuenta de lo que estaba haciendo. Ante la obstinación y encierro de sus ideas no iba hacer que cambie mis decisiones. Iba a costar trabajo hacerle entender mis sentimientos y más que los aceptara. Así que me dispuse a enseñarle el significado de la palabra amor para mi corazón…

El sonido que hace la chimenea del barco en el muelle me extrae del círculo de recuerdos. Miro el reloj y me doy cuenta que es demasiado tarde.

Antes de empezar el descenso extraigo el celular de la protección de mi bolsillo para mirar el fondo de la pantalla, y me veo invadida por una paz interior cuando observo la imagen de la mujer que amaba sonriendo a mi lado en un abrazo. La acaricio por un momento con el pulgar de mi mano, y sin evitarlo mi voz le dice: “te amo”.

Separando la imagen de mi visión miro al cielo y le grito a la noche que la amaba. La chimenea volvió a gemir hondamente dándole eco a mis palabras. Con la última exhalación de mi voz me alejo del faro de regreso a casa.

Ya en la oscuridad de mi habitación me deshago de la ropa para ponerme algo más ligero. Dispuesta a descansar ingreso al calor de mi cama, y pronto me vi invadida por una voz y caricias conocidas… “Demoraste mucho”…A pesar de la oscuridad distingo muy bien la presencia del rostro que me mira. Aquellos verdes ojos que colman mi vida de fe son tan claros en esta oscuridad. Entrelazo su mano que acaricia mi cabello, con la mía, y la acerco a mis labios para besarla y decirle: “no entiende nuestra relación”… “dale tiempo”…Sonriendo a su optimismo repito su última palabra:… “tiempo”.

7 comentarios:

MentesSueltas dijo...

Alphard, bellisima historia. Quede mudo leyendote...

Te abrazo
MentesSueltas

Alphard dijo...

Hola. Gracias por tu visita.

irethsue dijo...

wey, me desquicias....lo sabes, no?
Sinceramente....a veces estoy más que segura que lo mejor que he hecho es no saber a ciencia cierta lo que hay dentro de tu cabeza.

Alphard dijo...

No hay nada malo dentro de ella..¬¬ como se dice: todos somos diferentes, aunque no entendamos lo que hay. Es más fácil no intentar interpretar más si cuesta verlo...xD
jajajajaja....Como siempre he dicho: estaré loca pero no enferma...y si la locura es una enfermedad psiquiátrica...a la miércoles...me agrada la locura...no me apoyas??...jajajaja..En fin...gracias por leer...:P

Alphard dijo...

Me he dado con la sorpresa que ahora se chocan con el blog...como me dijo una visitante...te encontré de casualidad...ahhh, estas casualidades de la vida, verdad...;)

Verónica dijo...

A veces el tiempo pone las cosas en su sitio y las casualidades a veces nos llevan sorpresas gratas y aprendizaje seguro...

besotes de esta peke.

pd. te espero como siempre por mi rincon tu taza de cafe, si gustas...

Alphard dijo...

Hola, Veronica, como dicen: "...tiempo al tiempo"...Pos lo de las casualidades, sí que se aprende.
Vale!! A por el café..;)