martes, 22 de junio de 2010



De vía en vía, subiendo y bajando escaleras, esquivando gente que se apresura a tomar el mismo o diferente vagón. Siguiendo las señalizaciones para no equivocarme de dirección. Y tratando de estar pendiente a que no se me pasen las casillas donde debo bajar. En definitiva, viajar en metro no solo es una vía rápida, sino un completo enredo para los que recién se adaptan a este tipo de transporte.
Nunca me imaginé tener que enseñarme a viajar en metro. Algo necesario, al fin y al cabo, más si tienes que vivir en una ciudad en la que su vía de transporte más "segura" es ésta.
Enfrentarse a ésta y luego poder atenerte al tráfico urbano fuera de la estación, ya es un logro, para mí lo es. Ya llevo dos semanas en un nuevo país, cuya movilidad me trastocó un poco, pero gracias una amiga pude aprenderlo a usar sin mucho problema, aunque me haya equivocado de direcciones varias veces. Pero de los errores se aprende, o no?.

1 comentario:

Intro dijo...

Siempre aparecen ángeles en cada ciudad que nos ayudan a dar los primeros pasos.

Besos.