domingo, 4 de julio de 2010

 Mañana emprendo un nuevo viaje, no a otro país, pero sí a otro estado. Le haré una visita a mi hermana. Hay que salir de cuando en cuando de nuestro propio mundo, ¿no lo creen? recordar que hay algo más allí afuera.
Por el momento me distraeré viendo a la gente en el supermercado, donde creo que paso la mayor cantidad de tiempo en los días que he visitado a mi hermana. Sé que eso puede no ser divertido, pero si conocieras a una persona como yo, que lo más sociable que puede ser es ver al resto de almas pasar delante de sus ojos y formar parte ausente de sus vidas sin necesidad de preguntarles: Hola, Qué tal tu día? …tal vez lo comprenderías, y sino pues no gastes tus neuronas intentándolo.
No negaré que termino aburriéndome, y las ganas que tengo luego es solo de enrollarme entre las frazadas de una confortable cama, dormir, despertarme y seguir enrollada ahí, y levantarme si es necesario.
 
Llueve. Fuera de la bulla que vota los parlantes de mí laptop, y las disparejas voces que emite la tv en la sala, puedo escuchar el golpe de las gruesas gotas de agua sobre el techo de la casa. Lo que me indica que la fuerza de la llovizna ha cambiado. Su suave golpe tocó mi piel cuando subí a la terraza; las nueves se veían oscuras y espesas, signos de que lloverá por un buen rato.
 
Mientras veía la lluvia caer, y acariciándole la cabeza a mi peludo acompañante, me dediqué a mirar otra vez el cielo nocturno. Nuevamente pude ver las luces de un avión en asenso y que sin pausa seguía su rumbo directo a otro país, o quizás a otro estado. No lo sé. Desde que llegué a este país, cada vez que veo la llegada o partida de un avión me pregunto: ¿cuándo será que volveré a subir a uno?...en tanto solo me queda verlos partir…sin mí.

1 comentario:

Intro dijo...

Me he identificado mucho contigo,

y sin conocerte, me han dado ganas de abrazarte, quizas, porque soy de esas, que les gusta estar enrrollada, en la frisa, en el calor de mi cama. También soy de las que se aislan, sin preguntar mucho, a veces sola en mi isla, es mas que suficiente.

Un beso.