sábado, 16 de julio de 2011

Un enredo desenredado



Es ahora que me doy cuenta el por qué me decía que al leerme se veía, porque hoy al leerla también me encontré. Es tan extraño darse cuenta de ello. Si antes no lo entendía ahora lo comprendo, pero aun sigue siendo difícil de explicar.

Las palabras nunca bastaran para expresar un sentimiento. Se enredan, lo sé. No sé usar las palabras para exponer lo que siento y he entendido. Puedo disfrazarlas en historias, canciones, poemas o simples palabras sin sentido.

Aunque logre encontrar la exactitud de ellas, no serán suficientes. No para ella ni para mí. Porque ambas sabemos que no hay palabras que puedan conquistar un corazón ya conquistado ni crear interés en un desinterés, ni reanimar al amor cuando a las cenizas se las llevó el viento, ni buscar lo que no puedes encontrar, solo sentir.

Ni siquiera poder definir lo que es amor cuando él mismo no sabe definirse, solo existir.

Es hoy que tengo miedo de seguir leyendo y no puedo dejar de hacerlo. Así la sepa perdida para mí, en cada palabra suya –que a la vez sin que lo sepa son mías– me gusta encontrarme; hallar nuestra alma entrelazada en un mismo sentimiento sin definición.

¡Qué extraño masoquismo! ¡Pero qué hermoso saberse enamorada!

Si bien seguirá preguntando el cuándo, el cómo y el por qué…mi respuesta seguirá siendo “el amor no tiene preguntas ni respuestas…yo no lo busqué simplemente nació en mi alma, lo acepto…y no espero que lo hagas tú”

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