Insomnio
(26 de Diciembre del 2007)
El celular marcaba las cuatro y cuarto cuando desperté. En vez de quedarme enredada entre las sábanas y mi hermana -que no sé porque le agrada ahuyentar el frío abrazándome-, me deslicé de la cama y con mucho cuidado de no despertar a nadie, salí del cuarto a la sala. Acercándome a la ventana y corriendo un poco las traslucidas cortinas que la cubrían, observé lo vacía que lucían las calles, a diferencia del desgaste que hade estar sufriendo la autopista de la avenida, que a pesar de la hora se puede escuchar el rugir de unos motores, incluso el pesado troté de la movilidad colectora de basura, que por lo que noté ya ha pasado por aquí. Así y con los ojos sobre el aún oscuro cielo y una de mis manos sobre el frío cristal, vinieron a mi mente las imágenes que me habían extraído todo rastro de sueño. Un total Danterísmo en el que lo envidio por haber tenido a los guías perfectos, entre los cuales la primera ilusión no le fue ausente. Puede que esté escribiendo “piedras” como se dice, pero no me dirán que si se encontraran en un viaje recorriendo cada recoveco submundal (¿existe esa palabra?), al término, fueran acompañados por el amor que marco su corazón. No sé ustedes, pero yo sí. Se preguntaran: ¿qué ha soñado ésta?...pues como Dante, pasando del infierno al purgatorio no deje de ver al paraíso en este sueño, con la única diferencia de que mis guías eran mi sombra. Tan sola en cada parte, con todos tan distantes, sin nadie ofreciéndome la palabra cuando mis cuerdas hacían el intento de vocalizarse. Si empezara a describirlo, dirían que debo dejar de leer ficción o que he quedado muy prendada del libro, pero no, no niego haberlo leído hace ya mucho tiempo atrás, y mucho menos tengo síntomas de culpa de karmas mal pagados. Simplemente lo que parece más una pesadilla fue un sueño que me reflejó la soledad en la que estoy, la incomprensión de los demás y que en las vías de mi tranvía, la compañía y la comprensión no formarán parte de ella.
Con suaves suspiros bajé la cabeza para topar la testa con el vidrio y mirar los dedos de mi mano derecha como daban forma a un triángulo en la superficie bajo las yemas. Para luego apartar el frente del cuerpo y cambiarlo por el dorso, y hacer del antes mirador mi respaldar. Mi vista se dedicó a ver el ambiente, hasta que los llevo a la máquina de cómputo. Y heme aquí sentada a esta hora escribiendo lástimas. Piedades, que no quiero que me tengan, porque yo misma no lo hago. Pues son solo sueños que si bien son tantos no quieren decir que sean el reflejo de mi futuro.
Cerrando los ojos y tirando la cabeza hacia atrás, miré la oscuridad sobre mí. Rumia en mi cabeza el regresar al calor de la cama y el dormido cuerpo de mí hermana hasta que vuelva a quedarme dormida. Sin embargo, con las singulares voces que daban los audífonos -acompañando mis memorias- decidí dejar las cavilaciones aún lado, junto al pasado sueño, y enfundarme por un rato en la composición que bullía en la caracola auricular… Uhmm… Ya son las cinco con veinte, la oscuridad fuera está amainando, las canciones continúan filtrando, y sigo aquí esperando que así como los segundo corren a los minutos y estos a la hora, rápidamente, el día también lo haga. Hoy es viernes, el último día laborable para mí, eso si no hay papeles urgentes que entregar y tenga que asistir mañana, y traerlo para su día siguiente si no lo terminamos. Aunque a estás alturas ya tendría que saber qué cosas pendientes quedan. No las sé. Hasta ayer todo tranquilo, y el mañana o en todo caso, el hoy, nunca se sabe que traerá. Ojalá que mi regreso no sea tan nocturno, los fastidiosos dolores de cabeza se mantengan al margen, el sueño no le gane al cansancio, y el mañana con su pasado sean tan largos como la semana.
All i want for christmas is you...Navidad. El último mes del año, y el más gastado y festivo para todo el mundo. Las esferas de colores, cajas cubiertas de papel chispeante simulando regalos, renos, hombres regordetes y luces iluminando los árboles y terrazas de las casas, incluso las canciones navideñas no dejan de ser participes en este mes. Todo el síntoma navideño ya se comienza a sentir. Antes, cuando tomaba el acostumbrado camino de regreso al hogar familiar, algunos tramos siempre oscuros y solitarios formaban parte de mi diario, ahora, sin tenuidad siquiera, se hallan llenos de luces coloridas y singulares melodías; incluso una particular construcción amueblada con muchos animales y personajes de yeso no poco conocidos, en medio de la senda, interrumpen y me acompañan por unos momentos. Liberan un poco el estrés que toca a veces al abatido cuerpo. Así como lo hacen la forma y color de las únicas flores que me hacen sonreír entre el cansancio y la realidad. Ahora que lo pienso, tal vez por eso mi camino es tan rutinario, me encanta verlas florecer y rozarlas con las yemas de mis dedos cuando me las cruzo…“Dimmi dove sei, adesso che ti sto cercando, in tutti giorni miei, dimmi dove sei...Lp”…son lo único que me queda, fuera de un nombre y tantos recuerdos, que al despertar me hacen darle gracias al viento transportante de mis deseos y auxiliada e inútil libertad.
Mi madre despertó. Ya es hora de levantarme, quitarme el diario de mi vestimenta y colocarme el uniforme para ir a trabajar. ¿Qué me deparará el destino hoy? -como se dice en la piltrafa astrológica- Por lo menos sé algo, trabajo y más trabajo… Leyendo esto, me ha regresado al sueño y retornar al tenido ayer. Caronte no tenía buen aspecto, mucho menos su balsa. Ay con estos sueños, ¿qué me querrán decir? o mejor dicho ¿qué deseos tan ocultos guarda la muerte? Un viaje sin igual y un barquero navegando hacía las puertas del paradero donde espera recoger a un pasajero que no se explica qué hace ahí. Bueno, habrá que dejarlos así, solo sueños y nada más. Que por más que se sueñe con la muerte de paso, no quiere decir que se va a morir, aparte de ser advertencias; en la mayoría de las veces son liquidaciones del martirio de nuestra alma o simples defectos o cualidades.
Con suaves suspiros bajé la cabeza para topar la testa con el vidrio y mirar los dedos de mi mano derecha como daban forma a un triángulo en la superficie bajo las yemas. Para luego apartar el frente del cuerpo y cambiarlo por el dorso, y hacer del antes mirador mi respaldar. Mi vista se dedicó a ver el ambiente, hasta que los llevo a la máquina de cómputo. Y heme aquí sentada a esta hora escribiendo lástimas. Piedades, que no quiero que me tengan, porque yo misma no lo hago. Pues son solo sueños que si bien son tantos no quieren decir que sean el reflejo de mi futuro.
Cerrando los ojos y tirando la cabeza hacia atrás, miré la oscuridad sobre mí. Rumia en mi cabeza el regresar al calor de la cama y el dormido cuerpo de mí hermana hasta que vuelva a quedarme dormida. Sin embargo, con las singulares voces que daban los audífonos -acompañando mis memorias- decidí dejar las cavilaciones aún lado, junto al pasado sueño, y enfundarme por un rato en la composición que bullía en la caracola auricular… Uhmm… Ya son las cinco con veinte, la oscuridad fuera está amainando, las canciones continúan filtrando, y sigo aquí esperando que así como los segundo corren a los minutos y estos a la hora, rápidamente, el día también lo haga. Hoy es viernes, el último día laborable para mí, eso si no hay papeles urgentes que entregar y tenga que asistir mañana, y traerlo para su día siguiente si no lo terminamos. Aunque a estás alturas ya tendría que saber qué cosas pendientes quedan. No las sé. Hasta ayer todo tranquilo, y el mañana o en todo caso, el hoy, nunca se sabe que traerá. Ojalá que mi regreso no sea tan nocturno, los fastidiosos dolores de cabeza se mantengan al margen, el sueño no le gane al cansancio, y el mañana con su pasado sean tan largos como la semana.
All i want for christmas is you...Navidad. El último mes del año, y el más gastado y festivo para todo el mundo. Las esferas de colores, cajas cubiertas de papel chispeante simulando regalos, renos, hombres regordetes y luces iluminando los árboles y terrazas de las casas, incluso las canciones navideñas no dejan de ser participes en este mes. Todo el síntoma navideño ya se comienza a sentir. Antes, cuando tomaba el acostumbrado camino de regreso al hogar familiar, algunos tramos siempre oscuros y solitarios formaban parte de mi diario, ahora, sin tenuidad siquiera, se hallan llenos de luces coloridas y singulares melodías; incluso una particular construcción amueblada con muchos animales y personajes de yeso no poco conocidos, en medio de la senda, interrumpen y me acompañan por unos momentos. Liberan un poco el estrés que toca a veces al abatido cuerpo. Así como lo hacen la forma y color de las únicas flores que me hacen sonreír entre el cansancio y la realidad. Ahora que lo pienso, tal vez por eso mi camino es tan rutinario, me encanta verlas florecer y rozarlas con las yemas de mis dedos cuando me las cruzo…“Dimmi dove sei, adesso che ti sto cercando, in tutti giorni miei, dimmi dove sei...Lp”…son lo único que me queda, fuera de un nombre y tantos recuerdos, que al despertar me hacen darle gracias al viento transportante de mis deseos y auxiliada e inútil libertad.
Mi madre despertó. Ya es hora de levantarme, quitarme el diario de mi vestimenta y colocarme el uniforme para ir a trabajar. ¿Qué me deparará el destino hoy? -como se dice en la piltrafa astrológica- Por lo menos sé algo, trabajo y más trabajo… Leyendo esto, me ha regresado al sueño y retornar al tenido ayer. Caronte no tenía buen aspecto, mucho menos su balsa. Ay con estos sueños, ¿qué me querrán decir? o mejor dicho ¿qué deseos tan ocultos guarda la muerte? Un viaje sin igual y un barquero navegando hacía las puertas del paradero donde espera recoger a un pasajero que no se explica qué hace ahí. Bueno, habrá que dejarlos así, solo sueños y nada más. Que por más que se sueñe con la muerte de paso, no quiere decir que se va a morir, aparte de ser advertencias; en la mayoría de las veces son liquidaciones del martirio de nuestra alma o simples defectos o cualidades.
Bien. Ahora no es de madrugada ni último día de la semana laboral. Hoy es lunes 24 del último mes del año 2007, con 10 horas menos corriendo en el reloj. Aunque esta fecha me ha topado enferma, en realidad mucho mejor que ayer, no deja de ser especial. Mis sobrinos esperando la hora de abrir sus regalos, al igual que mi hermana menor; que a pesar de sus casi quince años no deja de perder el entusiasmo por ver si lo que apuntó en su lista se le dará. Por mi parte, despreocupada y con el solo temor de no regresar la comida -como ayer- me divertiré con ver la escena que preparan al entregar los regalos. Mi hermana menor se disfraza de duende navideño, con su gorro rojo en el que tiene inscrito “Happy Christmas” acompañado de un poncho rojo con filos verdes. De Papá Noel, o mejor dicho Mamá Noela, piensan disfrazar a mi cuñada que con su estado (embarazo) le dicen que no necesitan ponerle una almohada…ja,ja,ja,ja…la pobre con las justas puede subir las escaleras cuando viene a visitarnos. Con su tremenda barriga me hace recordar cuando estaba embarazada de mi primer sobrino, y yo tenía tantas ganas de sentir las pataditas que le daba cuando colocaba mi mano en su vientre. Pero siempre que lo hacía, cuando ella me decía: ¡está pateando! El bebe dejaba de hacerlo ¬¬…actualmente ya no tengo el mismo entusiasmo, y no por lo que hacía el primero sino porque con el trabajo no hay oportunidad de verla ni detenerme a esperar que dé sus pataditas. Sé que eso no es una excusa para intentarlo una vez más; simplemente esperaré verlo fuera de su líquido hogar, y posar sus pequeños pies en las palmas de mis manos. Ahí no se negará, salvo que le incomode el frío de mis manos. En fin la navidad llegó, y en pocos días el fin de este año que se llevará lo bueno y malo pero sin olvidarse en dejarlo como recuerdos. ¿Qué traerá? ¿Se me escaparán de la boca o las manos las palabras para volver a perder lo que quiero? ¿Volveré a decir el adiós eterno? ¿Escucharé a la soledad? No estoy segura. Solo sé que hay algo que voy a dar, aunque aún lo tengo que buscar; que mis palabras no sé las lleva el viento pues sé quedan conmigo y no en silencio; que seguiré despidiéndome; que si me caigo me volveré a levantar; que el hoy tendrá un ayer; que seguiré queriendo y extrañando con un solo sentido; que seguiré intentando conseguir lo que quiero; que no olvidaré lo que me traiga…y muchas cosas más que pasarán no porque sea adivina o tenga una bola de cristal oculta bajo la manga, si no porque es mi vida y sino la guío yo ¿quién?...¿no lo creen?...Eso sí, como leí una vez: “no dejen en casualidad lo sucedido, hay que hacerlo nuestro destino...si crees en él”…esto, por si acaso, porque con lo dicho puede que crean que no creo en el destino….y no es tanto así…simplemente el destino existe, solo hay que saber verlo….es lo que me enseñaron este duro año y no lo olvido, solo no lo olvides tú.
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