domingo, 23 de agosto de 2009


El olor es tan penetrante, no es fácil olvidarlo, mucho menos al color que lo rodea que a pesar de estar vacío no deja vaciarse de esperanza. Hay tantas almas jugando, rondando sin imaginar que el turno de lanzar otra ficha terminó. Me pregunto si en algún momento se darán cuenta por lo menos de eso. Podría sacarles lavenda que tal vez niegan tener, pero ¿valdría la pena intentarlo siquiera?

La esperanza es tan difícil de olvidar, tan sublime cuando se siente y tan dolorosa cuando te das cuenta que no sirve. Al parecer el refrán es verdad. Por más enterado que se esté y duela o no el saberlo, siempre quedará una gota de ella en el negro subsuelo del alma.

No sé cuánto falta para que termine el "paseo". He estado tantas veces en este lugar que a pesar de que todo se ve diferente sigue siendo el mismo. Quisiera no tener que venir más, sé que el tiempo a veces es espaciado cuando regreso más resulta cansado emprender cada vez más el viaje. Puede que esta no sea la última. Solo espero que al tren no se le ocurra dejarme aquí.
La campana está sonando. Creo que es hora de salir. Piernas para que las quiero ahora sino es para correr. No está lejos. Solo corre, corre.

- Hola... ¿¿estás bien??...

-Señoritas...Solo revisaré algunas cosas.
- ¿Está todo bien?...

- Sí. La operación fue todo un éxito... En unas semanas podremos darte de alta.
-Gracias.
-Para eso estamos.
- Doctor... ¿Ya está todo bien?...

- Aún tendrá que estar en observación pero si sigue las indicaciones al pie de la letra... Es necesario que siga todo como se le indica. Marianita es muy fuerte, verdad.
-Desde que despertó no ha dicho nada.
-No te preocupes, es por la operación.

Todo acabó. Creo que todo acabó.

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